ROGUE ONE
La segunda película del universo Star Wars tras la compra por parte de Disney ya está aquí. Decidida a sacar beneficios lo más rápidamente posible, la casa del ratón Mickey ha optado por un estreno anual, lo que les obliga a contar también historias secundarias mientras producen los capítulos centrales. En este caso, Rogue One narra el robo de los planos de la primera Estrella de la Muerte, un suceso que se ubica justo antes de La guerra de las galaxias (George Lucas, 1977).
El director, Gareth Edwards, consigue una película que se siente mucho más cercana a la trilogía original que el Episodio VII de J.J. Abrams, al tiempo que construye, tímidamente, su propio camino. Es, en realidad, al igual que en el caso de Godzilla (también dirigida por Edwards), una doble película: un clon estilístico de La guerra de las galaxias, pero también una película bélica con cierto aliento trágico, similar a títulos como La gran evasión (John Sturges, 1963) o El desafío de las aguilas (Brian G. Hutton, 1968).
Edwards logra un cierto equilibrio entre esos dos planteamientos descartando los planos grandilocuentes y efectistas de los que abusaba Abrams, trabajando con una planificación más humilde e invisible, más acorde con los trabajos de Lucas, Kershner y Marquand (los tres directores en la trilogía clásica). Por desgracia, el guion tiene bastantes problemas de estructura y de personajes: por un lado, le cuesta trabajo arrancar, complicándose innecesariamente (como es habitual últimamente) en tramas secundarias que no acaban de aportar gran cosa; por otro, la protagonista está bastante mal construida, y pasa de una emoción a otra sin mucha razón, como si en realidad solo estuviera siguiendo los designios del guionista. A cambio, algunos secundarios, construidos de forma más sintética (al estilo de la trilogía original), como el androide con voz de Alan Tudyk o el personaje de Diego Luna, funcionan mucho mejor. Sin embargo, otros, como los encarnados por Donnie Yen o Wen Jiang, dejan con la sensación de que se podrían haber aprovechado de todo ese tiempo perdido en la (ya muy gastada) trama paterno-filial. A pesar de estos defectos, la película fluye aceptablemente bien hasta un largo tercer acto donde muestra sus mejores cartas, similar a la espectacular y emocionantes batalla final de El retorno del jedi (Richard Marquand, 1983).
Teniendo en cuenta que el resultado final es razonablemente satisfactorio, es una pena que Edwards no se haya atrevido a crear su propia película sin antes meter un sinfín de referencias a la saga, inteligentemente diseminadas y camufladas pero tan abundantes que el constante guiño no hace otra cosa que romper la inmersión. No tengo nada en contra de la nostalgia, pero prefiero cuando las películas tienen una identidad propia en lugar de estar dependiendo constantemente de sus predecesoras o de sus referentes, como si sintieran la necesidad de afianzar una imagen de marca corporativa.
A este respecto, Disney debería comprender que el canon de Star Wars no es tan cerrado como ellos se empeñan en creer. Cuando el estreno de la nueva trilogía de George Lucas fue acompañado por una serie de piezas de animación que narraban la historia de las Guerras Clon, nadie se llevó las manos a la cabeza porque la animación tuviera el estilo característico de Cartoon Network, puntiagudo y chillón. Si aquellas piezas triunfaron fue porque se atrevían a abrir nuevos caminos para la saga al tiempo que respetaban lo único que te identifica: el espíritu.
En ese sentido, Rogue One es tanto un paso adelante (con respecto a El despertar de la fuerza) como un acto de cobardía. Gareth Edwards ha intentado conciliar el pánico al riesgo y al cambio de los ejecutivos de Disney con la voluntad de hacer algo diferente, añadir una nueva pincelada al mural de Star Wars en lugar de repetir las hechas por otros. El resultado, siendo muy disfrutable, se antoja un tanto desequilibrado, como un eco de la emoción y la diversión que la trilogía original ofrecía. Con todo, mejor un eco de algo bueno que una fotocopia desvaída.
Pablo López
ROGUE ONE (E.E.U.U, 2016)
Director: Gareth Edwards/ Guion: Chris Weitz y Tony Gilroy/ Montaje: John Gilroy, Colin Goudie y Jabez Olssen/ Fotografía: Greig Fraser/ Diseño de producción: Doug Chiang y Neil Lamont/ Música: Michael Giacchinos/ Producción: Simon Emanuel, Kathleen Kennedy y Allison Shearmur/ Reparto: Felicity Jones, Diego Luna, Alan Tudyk, Donnie Yen, Wen Jiang, Ben Mehndelson, Riz Ahmed, Forest Whitaker, Mads Mikkelsen…
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